lunes, 30 de noviembre de 2009

El diván y el personaje



El actor viene a recostarse sobre el diván.
Silencio.
Debe sentarse, sentado puede dar la cara.
Dar la cara a quien, hombre o mujer, lo está mirando.
Fabrice Melquiot


Dar la cara, responsabilizarse de las pérdidas y la estupidez humana que conllevan los actos. La verdad, cuando inicié a escribir esto pensaba en hablar de arlequines borrachos de conocimiento, de saltimbanquis que guardan verdad en los chistes ridículos.

Cuando empecé a escribir éstas líneas pensaba en mostrar el lado poético de la verdad del actor, de perderse entre personajes que se vuelven los mejores amigos, de la importancia de mostrar el rostro del actor como una vía hacia la sonrisa; el modo filosófico de los arlequines comienza cuando el actor aprende a burlarse de sus actos para así burlarse de los actos de los demás.

Pero la estupidez humana me ha superado, me encontré perdida, descubrí que mi voz no debía ser escuchada en ese discurso, ese personaje dibujado entre las letras desapareció en el retículo de mis sueños, cuando ésta mañana, la cama me ha escupido de mis anhelos, de mi reposo, para aventarme a una realidad en donde os buenos amigos se borran por dar clic en el botón equivocado, en donde hacerse cargo de los actos puede ser doloroso, pero necesario.

Una vez más me recuesto en el diván junto a los personajes perdidos en mi mente, un arlequín lleno de verdad recordándome lo deschabetado que puede resultar querer decir la verdad en un chiste unipersonal que ya ni Yo entiendo. Son esos lapsus los que nos demuestran que aún hay personajes por crear, perdidos en un rincón del tiempo, ocultos en el bosque de nuestro pensamiento, esperando…¿Esperando que? ¿Será que mientras el tiempo transcurre ellos también se hacen viejos?

Esperando esperaré con ellos, los busco entre mis recuerdos, entre sueños, en el diván a donde voy a reconocerlos como parte de mi alma, a donde voy a dar clic esperando no borrar personajes que conozco y en donde me reconozco y buscando a aquellos que me hablarán de un futuro que ha pasado y un pasado que está aún por editarse.

No hay comentarios: