lunes, 23 de noviembre de 2009
El beso
El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.
Gustavo Adolfo Bécquer
En toda obra teatral en donde haya una historia de amor tiene que haber un beso, EL BESO. Ese simbolizará la unificación de las almas a través de los labios.
¿Son los labios el camino al alma de otra persona?
¿no eran los ojos las ventanas y por tanto el acceso?
L a vaguedad y el cambio constante en la simbolización de las zonas erógenas han hecho que cambie el acceso, pero no el fin.
Un beso siempre será un beso, pero dependerá de quien lo otorgue, será lo que signifique en nuestro interior. Mas son los ojos quienes dicen verdad, son tus ojos los que no mienten cuando lo que quieres es dar ese beso, cuando se pretende repetirlo ad infinitum, hacerlo eterno, como en una fotografía, como en el teatro, como en la mente queremos que sea. Es por eso que los besos en el teatro son tan socorridos, porque siempre tendran contenida el alma del actor, del director, del dramaturgo y si está bien dado, también el alma del espectador se quedará para consagrar el beso que aunque siempre se repita en el texto, será siempre diferente.
Yo sólo quiero
que el beso no termine
porque termina
con lo que hay en mi alma
tu imágen abrazando
un simple beso
que enuncio al infinito
Siempre algo más.
Tu eres para mi
el beso que no acaba.
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