lunes, 7 de diciembre de 2009

De la bifurcación del deseo en un "Juicio Suspendido"


He escuchado mucho que en la vida regularmente hay dos caminos a seguir; uno bueno y uno malo, el problema es que, como todo humano, no sabemos cual estamos tomando sino hasta que estamos ya habitando en él.

Laura, ese es el nombre clave, el nombre que nos muestra un “Juicio suspendido” en medio de la bifurcación de los caminos, un nombre que podría mostrar a cualquiera que exacerba sus deseos a un punto tal que, habitando en él, no sabe si es el correcto hasta que es demasiado tarde.

Laura, una mujer que por el temor de abandonar su deseo, prefiere quitarse la vida antes de sentirse vacía nuevamente, antes que su mundo gire y se detenga en una posición insostenible para su máscara, para sus deseos.

A veces tenemos todo lo que podemos desear y aún así queremos más, siempre queremos más, es por eso que continúa la vida, la búsqueda de la felicidad. En el caso de Laura, busca entretejer su vida cual maraña, porque ahí habita su deseo; en el conflicto, entre dos hombres, cuando uno se va, ella buscará a otro que lo sustituya, aunque éste sea un espectro degenerado.

“Matamos lo que amamos, lo demás no ha estado vivo nunca”, cuando se está tan cerca, uno no puede sostener su máscara, su propia depravación lo lleva de la mano a destruir lo que ama, antes de destruirse a sí mismo, ese semblante que se pone cuando uno duda de que tan feliz se siente con lo que hace.
Hoy no quiero ser Laura, no quiero ser Héctor Mendoza, no quiero morir a manos de mi deseo, prefiero reposicionar, enfrentar y afrontar para realizar las añoranzas y asumir nuevas, hoy pido un reposicionamiento, ese es mi deseo.¿Cual será el verdadero deseo de Laura? Te lo dejo de tarea.

1 comentario:

Betty dijo...

¿A quién te refieres? Es una semblanza de...
Besos. Betty